Hablar de literatura es como darle vida a la imaginación, y eso es algo que el escritor español Leonardo Jiménez ha entendido muy bien. Este autor gaditano, aficionado a los juegos de rol, le cuenta a Mansión Literaria su travesía por el mundo de las letras, las ideas que han dado pie a sus novelas y sus planes a futuro.
El amor por los libros de Leonardo nació en su infancia, cuando leía libros de aventuras donde el lector tenía la posibilidad de elegir una página u otra para decidir cómo terminaría la historia. Ya de adolescente, el joven Jiménez disfrutaría momentos agradables con sus amigos mientras exploraban los juegos de rol y las posibilidades que estos daban para construir fascinantes relatos. En aquellas épocas de mocedad, la literatura fantástica y los cuentos cortos comenzarían también a darle momentos de felicidad.
De allí nació la idea de trasladar las historias al papel. Según nos cuenta el propio Leonardo Jiménez, en su época de jugador de rol: “Solía hacer de director de juego y narraba las aventuras para mis amigos, que eran los que interpretaban a los personajes. Eso me ayudó a desarrollar mi imaginación y a tener que escribir mucho y estructurar las crónicas que les presentaba a los jugadores en las partidas”. Gracias a estas experiencias escribió Proyecto Unicornia, una novela donde un grupo de exploradores debe salvar a un pueblo de la destrucción.
La prolífica imaginación del escritor Leonardo Jiménez lo ha llevado a ser el autor de dos libros más. Su segunda publicación es Somos nosotros, una narración profunda donde Leonardo quería “plasmar otro tipo de inquietudes que tenía con respecto a la vida”. Y su tercer volumen es La caja oculta: relatos de vida y muerte, una antología de relatos cortos donde el autor recopila todos esos cuentos que ha escrito a lo largo de su vida.
Aunque Leonardo Jiménez no tiene claro de cuál será su destino como autor, hay una cosa que sí tiene clara: seguirá creando nuevos libros poco a poco, ya sea levantándose temprano por las mañanas, en los pequeños descansos que logra sacar en media de su jornada o cuando tiene la oportunidad de sentarse a escribir tranquilamente en su computador. Todo esto porque de acuerdo al propio Jiménez, su imaginación “siempre está volando, de camino al trabajo, cuando viajo o mientras hago deporte”.
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